viernes, 8 de junio de 2012

Técnicas y procedimientos para lograr un bienestar en la clase.


  
Para lograr un bienestar en clase debemos seguir las siguientes pautas y fijarnos en los siguientes contenidos:


  •  Organización de la clase.

El aula debe ser un espacio: amplio, bien ventilado, con iluminación adecuada, con inmobiliario suficiente, ambiente agradable …

El profesor debe potenciar la autonomía, relación, confianza entre los alumnos. Para poder atender mejor a los alumnos con deficiencias se forman grupos flexibles.





  • Refuerzo social – positivo.

El refuerzo puede provenir tanto del profesor , que anima, estimula, etc. el comportamiento de los alumnos, como de los compañeros que actúan de modelos.
El rendimiento puede mejorar gracias al esfuerzo de los profesores que se basan en esta técnica. Hay que tener muy en cuenta las diferencias individuales para saber el éxito que se puede obtener.
Estímulos:
- Premio inesperado a un buen trabajo.
- Prestar más atención.
- Dar tiempo libre a los niños.
- Dar algún refuerzo comestible (caramelos).
- Premiar las conductas deseadas ignorando las no deseables.



  •      Mejorar la dinámica de la clase.

Etapa de 4 a 7 años:

Para prevenir un mal comportamiento en la clase debemos tener en cuenta consejos como estos:

- Instaurar clima de confianza.
- Tener en cuenta las sugerencias de los alumnos.
- Decir el porqué de las cosas.
- Considerar la creatividad e iniciativa por parte de los niños.
 Conocer individualmente a cada niño y familia.
- El profesor no debe gritar.
- Adaptar los programas escolares a cada contexto.
- Se puede recurrir a juegos para evitar la agresividad y fomentar la relajación.
~                            * Juego de explotar globos. Dividir la clase en grupos pequeños y poner un tiempo limitado, el grupo que mas globos explote es el ganador.
~                     * Hacer diferentes ruidos con respiración. Como por ejemplo los ronquidos de una persona, el sonido del viento, de animales, instrumentos musicales...

Las actividades deben ser de una duración muy corta, variadas y muy movidas, que favorezcan la comunicación y la motricidad gruesa y fina. Deben estar orientadas a potenciar el lenguaje, el razonamiento y para que se adquieran hábitos de orden, aseo, comportamientos…


Etapa de 7 a 10 años:

En este periodo el niño es realista y objetivo, y presenta manifestaciones de cooperación. Por lo que es apropiado:
~        Organizar la clase para dar responsabilidades a los alumnos.
~        Tener en cuenta los límites de la capacidad individual.
~        Aclarar las explicaciones para que todos las entiendan.
~        Promover la ayuda mutua.
~        Desarrollar la autonomía en el alumno.
~        Motivación y refuerzo.
~        Enseñar el respeto y la escucha.
~        Impulsar a la creatividad.
~        Favorecer el compañerismo.
Al igual que en la etapa anterior, las actividades deben ser cortas y variadas. Deben desarrollar la habilidad manual, el ritmo y la música, facilitar vivencias colectivas para la estimulación de responsabilidad o respeto mutuo.


Etapa de 10 a 12 años:

En este periodo es donde se produce una mayor socialización en el niño. Nos pueden servir algunos de los recursos de la etapa anterior incluyendo algunos nuevos como:
~    Si no es por un motivo grave hay que respetar los subgrupos que ya existen.
~       Favorecer la libertar pero controlada.
~   Proponer normas con sus respectivas sanciones y votarlas, teniéndolas en un lugar visible.
~        Evitar castigar impulsivamente.
~        Prevenir la rivalidad y competitividad.
~        Valorar a cada alumno por lo que es y no por lo que aparenta ser.
~        Cooperación efectiva entre padres y alumnos.
~        Fomentar la empatía.

En cambio en la edad de madurez infantil, de 10 a 12 años, las actividades tienen que ser largas y productivas. Interesadas por la lectura, por descubrir la naturaleza y el entorno social… Tener un compromiso y responsabilidad dentro de un grupo.

  • Cualidades y actitudes básicas del maestro.

En la etapa de 4 a 7 años (segunda infancia): hay unas cualidades básicas que todo maestro, en general, debe poseer, como son el buen humor, entusiasmo, comprensión, generosidad, adaptabilidad, organización y creatividad, responsabilidad… Ha de ser cariñoso y potenciar constantemente sus progresos.
Pero aparte de estas cualidades o actitudes que son básicas  no podemos olvidar otras. El maestro debe evitar tener preferencias por alguno más que por otro, conocer a cada alumno individualmente, ser paciente y tolerante, dedicarle tiempo a la preparación de actividades evitando la monotonía, etc.
En el periodo de la tercera infancia (de 7 a 10, edad de la socialización) el educador tiene que dar autoconfianza a cada alumno, contestando siempre a sus “¿Por qué?” y “¿Cómo?”.
En cambio durante los años de 10 a 12 se debe estimular y apoyar el grupo para no ser el centro de atención. El maestro también tendrá en cuenta que aparecen temores que pueden dar lugar a conductas extrañas u obsesivas. Escuchará y atenderá al alumno.